jueves, 30 de julio de 2009

Dedicatoria...


Dejar elevar el alma hasta lo más sublime será tal vez una solución para lo que se siente, percibir en lo terrenal a través de los sentidos las cosas bonitas de la vida, sentir, volar, soñar!!
Serán quizás mis palabras o mi manera de ser contigo lo que te hace percibir ciertas cosas, más estamos inmersos en un universo quizás cruel del que buscamos escapar… son esas cosas sencillas y ese apoyo en los demás lo que nos da y nos abre un horizonte nuevo y desde lo profundo de nuestro ser y de nuestro corazón surge la necesidad y el querer volver a volar…
Sentir la ternura de la vida en la piel, sentir como se eriza cada vello, sentir esa presión en el pecho, sentir ese miedo, ese no se qué cosa, no sé en donde, sentir en las palabras, quizás en los besos y abrazos… sentir… sentir… será quizás en esto donde se sacia el alma… será quizás el otro un refugio
¿Dónde encontraremos la paz para continuar el vuelo?
¡Sí! ¡Sentir! Sentir en tus palabras quebradizas, en tus suspiros, en tus susurros, nuevas cosas en la vida y en el alma, plasmar esos sentimientos quizás en nuestros cuerpos…. Sentir cosas nuevas… así me cueste… y me dé algo de temor! Se siente bien como lo expresas en tus líneas, tus palabras…. Se siente bien deveras y lo percibo… Me da miedo sentirlo… pero lo siento.
Quisiera tenerte cerca y sentir que el corazón se sale del pecho, sentir la adrenalina correr por todo mi cuerpo, sentir de cerca el susurro de tus palabras, sentir como la química hace de las suyas, sentir ese miedo… Pero afrontarlo…
Anochecer junto a ti, refugiado en tu piel y bajo la luz de la luna… No sé como los sentimientos y las glándulas corporales hacen desastres en mi mente, mis pensamientos y mi cuerpo.... no sé como reviven tantas cosas para traerte aquí... y Sentir, todo lo que se siente al hablar contigo.... solo al escribirte estas líneas...
Abrazos…!!

miércoles, 29 de julio de 2009

¡Y fue Verdad!

Y fue verdad que aquellos tiempos regresaron para decirme un adiós y es verdad, que las lágrimas se estancaron en mitad de mi mejilla; Por los hombres también lloran; también han sufrido la pérdida de un ser querido, de un alma, de un corazón.
Y fue verdad, que aquellas palabras valientes de fuertes argumentos decidieron enmudecer para escuchar el canto del Viento, aquel Viento escondido detrás de sueños, de fantasías. Y fue verdad, que algún día volamos cogidos de la mano fingiendo tenerlo todo a los pies, fingiendo ser uno solo… JA. Y fue verdad toda aquella clase de filosofía barata, que servía solo para tenerte en mí cama; Y todo fue verdad, fue verdad que te toque de los pies a la cabeza y que bese cada parte de ti, pero también fue verdad, que todo hacía parte del trato, Si; Un trato que hice con mi alma, con mis manos, y fue verdad que no sentía nada…
Era verdad, que aquellas noches en la fogata junto a la orilla del mar, me cantabas melodías hermosas, con tus labios llenos de miel perfecta. Y era verdad, que una noche desperté queriendo soñarte y ya no estabas.
Fue verdad que te fuiste dejando una nota a mi lado, como cualquier anuncio de prensa olvidado en colchón y fue verdad que me decías adiós para no volver.
Hoy es verdad que regresas con los brazos abiertos pidiendo una vos de consuelo, y es verdad que estas maltratada y humillada por aquel hombre por el que decidiste cambiarme, Es verdad que tus ojos lloran lágrimas de sangre y que deseas estar en mi brazos.

Llanto...

Donde quedo el ayer que nos esperaba, si sabías que lo nuestro era asunto de años, de tiempo. Espere tantos días en confirmar lo que sentía por ti, que hoy tu adiós me duele en el alma, y me duele porque pudimos ser un sueño hecho carne, pudimos transmitirnos las alegrías y las tristezas, pudimos haber soñado con un futuro, con un sueño, y todo acabó.
Hoy has tomado la decisión de marcharte, dejando atrás mis palabras de aliento, has sentenciado mi alma a un silencio perpetuo, porque ayer era el día soleado en el que no pensaba llorar y lo has hecho, has provocado mil lágrimas, mil sueños, mil desilusiones.

Estas lejos, muy lejos; tan lejos que seres te apartan de mí, un lugar que pude tomar yo, que pude saciar. Hoy dices adiós como si nada, como si todo fuera un chiste, una caricatura… Cuanto le apostaría a la vida por no llorarte, por no anhelarte, por dejar que te fueras, que alejaras cada instante de mí. Pero sé que he de llorarte hasta que mi alma acepte que tu ya no estás en mis planes…

martes, 28 de julio de 2009

¿Qué es lo que sé?

No sé, pero escucho aquella voz reluciente que se esconde dentro de lo más profundo del mar, escucho el sonido del coral desesperado, que inundándose de ansias quisiera gritar, escucho el palpitar de un maúllo ardiente de anhelados sucesos, escucho el llanto de una voz débil que pide agritos que la entiendan, ¿Por qué todo pasó?, ¿Por qué todo fue?, déjame ir y seré yo el que con mi mano recoja el fuego que has dejado, ¿Por qué no te quedaste a mi lado?, si sólo eras un huracán inestable por los comentarios burdos de viejos agónicos, de aquellos que no aceptaron lo nuestro...

La Ciudad

La ciudad, muros gigantes de ventanas visibles, rutina diaria de complemento humano, ciudad eterna de encanto, de picos altos, estructura perfecta de ruido natural, de letreros explícitos y lecturas casuales; La ciudad, vientre materno de hijos con sueños, refugio estructural de seres agónicos, hijos de la calle, hijos de la vida, hijos de nadie.

Viento

Viento dueño y señor del movimiento, viento fuerte y viento lento, has sentenciado mi pensamiento, me rosas fuerte y me da una sensación enorme de amar y me ayudas a encontrar en lo más alto de las montañas una oportunidad de abandonar la soledad, la realidad, y aquí estas de la nada como una ráfaga perfecta de ensueños; si no tuviera miedo de mí ¡VIENTO! Te entregaría mi pureza, mi inocencia y mis años, me pondría a la deriva, al viento, para que tú me hicieras lo correcto.
Viento de ser, de alas, llévame a viajar a la luna, al pico de la montaña más alta a Marte a Júpiter, allá lejos de tormentas y lluvia, llévame a soñar con que algún día las cosas serán.